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    Estudios recientes confirman las propiedades inmunomoduladoras y anti‐inflamatorias de los
    probióticos en las enfermedades alérgicas.  
    No hay evidencias clínicas que sugieran que los probióticos sean  el tratamiento eficaz, pero lo que
    si se puede afirmar es que tienen un efecto protector en el desarrollo de la dermatitis atópica y el
    mecanismo podría estar relacionado con el efecto local sobre el tracto gastrointestinal.  
    La prevalencia de las enfermedades alérgicas ha aumentado considerablemente en los últimos
    años en todos los países occidentales y la causa de este incremento debe buscarse entre los
    cambios ambientales y en el estilo de vida.
    La hipótesis reciente que manejan los investigadores especialistas en el tema es que los
    probióticos podrían desempeñar un papel en el manejo de la alergia en los niños, y este rol estaría
    en relación con la colonización microbiana intestinal, es decir con la flora intestinal.
    Los beneficios de los probióticos dependen del tipo de cepa, ya que estas son específicas, y
    algunas presentan evidencian científica en ensayos clínicos. Es importante señalar que no todas las
    cepas con eficacia probada, son adecuadas para su uso en todas las indicaciones. Cada cepa es un
    organismo único en sí, con propiedades específicas que no pueden extrapolarse a otros.
    Los objetivos del tratamiento en los trastornos alérgicos pueden ser la regulación de las funciones
    de la barrera intestinal y de la respuesta inmune a antígenos ambientales ubicuos. Métodos
    dietéticos para controlar los síntomas y reducir el riesgo de la enfermedad alérgica hasta ahora se
    han centrado en las dietas de eliminación del alérgeno, como único tratamiento o en combinación
    con otras medidas. Los resultados no han sido satisfactorios en relación con la prevención a largo
    plazo, y nuevos enfoques se necesitan con urgencia.
    Probióticos en alergia
    Lactobacilo GG ha demostrado efectos beneficiosos en la dermatitis alérgica en los niños. Es
    probable que otras cepas sean efectivas, sin embargo, más datos son necesarios. Probablemente
    estos beneficios se limitan a lactantes y niños pequeños y todavía no incluyen el asma.  Nota  Central: Probióticos y Alergia Alimentaria
    La mayoría de los datos disponibles son positivos para cepas de Lactobacilos (L GG y L Reuteri).
    Existe un considerable entusiasmo por el uso rutinario de los probióticos en los recién nacidos, a
    pesar de la falta de conocimientos sobre los efectos a largo plazo.
    Las cepas mencionadas están asociadas con la generación de células T helper, citoquinas tipo 2,
    incluyendo IL‐4, IL‐5 e IL‐13, con la producción de IgE y eosinofilos.
    Hasta la actualidad existen sólo dos estudios donde se analiza la probiótico‐terapia cuyos diseños
    son similares:
    1) Estudio Finlandés aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo.    Se administró
    Lactobacilos GG a mujeres embarazadas con antecedentes de primer grado de eczema
    atópico. Luego lo siguió recibiendo el recién nacido que fueron evaluados a los 2 años de
    edad. La frecuencia y gravedad del eczema atópico se redujo en los lactantes que
    recibieron Lactobacilos GG.  
    Kalliomaki M, Salminen S, Poussa T, et al. Probiotics during the first 7 years of life: a
    cumulative risk reduction of eczema in a randomized, placebo‐controlled trial. J Allergy Clin
    Immunol. 2007;119:1019–1021.
    2) En el segundo estudio, Alemán, en lactantes de alto riesgo. No se encontraron ventajas.  
    Abrahamsson TR, Jakobsson T, Bottcher MF, et al. Probiotics in prevention of IgE‐associated eczema: a double‐blind, randomized,
    placebo‐controlled trial. J Allergy Clin Immunol. 2007;119: 1174–1180
    Los investigadores sugirieron que la diferencia en los resultados podría atribuirse a
    las diferencias demográficas entre las poblaciones, tales como el perfil genético de
    las poblaciones (por ejemplo, finlandesa vs alemana) o las diferencias en el riesgo
    para la dermatitis atópica.  Nota  Central: Probióticos y Alergia Alimentaria
    ¿Inmunidad oral?
    Los efectos de los probióticos que motivan la hipótesis sobre el tratamiento en las enfermedades
    alérgicas son que:
    1) Revierten el aumento de la permeabilidad intestinal (característica de los niños con
    eczema atópico y alergia a alimentos).
    2) Son específicos para mejorar la respuesta de la IgA, a menudo deficiente en los niños con
    alergia a los alimentos.
    3) Estimulan las funciones de la barrera intestinal, incluyendo la normalización de la
    microflora intestinal.
    4) Han mostrado ejercer diferentes efectos sobre el transporte de antígenos, dependiendo
    de la matriz de los alimentos, por ejemplo, la calidad de la proteína en la dieta habitual.
    Conclusión  
    El efecto en el tratamiento de las enfermedades alérgicas es  dependiente de las cepas utilizadas,
    la duración y el modo de tratamiento.

      
    Como prevención, la recomendación vigente es que como parte del tratamiento primario debe
    darse Lactobacilos GG o Reuteri a la madre, durante el final del embarazo y continuar durante los
    primeros 6 meses del recién nacido.  Nota  Central: Probióticos y Alergia Alimentaria


    Bibliografía Recomendada:
    Michele Miraglia del Giudice, MD and Francesco Paolo Brunese, MD. Probiotics, Prebiotics, and Allergy in Children: What’s
    New in the Last Year?. J Clin Gastroenterol 2008;42:S205–S208.
    Ralf G. Heine and Mimi L.K. Tang. Dietary approaches to the prevention of food allergy. Curr Opin Clin Nutr Metab Care
    2008;11:320–328.
    Jon A. Vanderhoof. Probiotics in Allergy Management. JPGN 2008; 47:S38–S40.
    Erkki Savilahtia, Mikael Kuitunenb and Outi Vaarala. Pre and probiotics in the prevention and treatment of food allergy.
    Current Opinion in Allergy and Clinical Immunology 2008, 8:243–248
    Erika Isolauri, MD, PhD* and Seppo Salminen, PhDw. Probiotics: Use in Allergic Disorders    A Nutrition, Allergy, Mucosal
    Immunology, and Intestinal Microbiota (NAMI) Research Group Report. J Clin Gastroenterol 2008;42:S91–S96.
    FUENTE: http://www.nutrilearning.com.ar/docs/notascentrales/Probioticos.pdf